Brasil |
Fuente: ABRAPP
Fecha: Agosto 2007
La Secretaría de Previsión Complementaria (SPC) obtuvo el día 23 de agosto, con la publicación en el Diario Oficial del Decreto 6.194, del día 22, una nueva estructura de funcionamiento que, en la opinión del nuevo Secretario Adjunto de Previsión Complementaria, Ricardo Pena, ya se acerca el actual SPC al modelo que deberá surgir con la creación, a fines de este año, de un nuevo órgano de tipo Previc. La implantación de este organismo estatal, y no de gobierno como es el SPC, cuenta por lo mismo con mayores recursos humanos y materiales, junto con una mayor estabilidad y autonomía, y es fuertemente defendida por la ABRAPP, que considera que ésta es una forma de darle mayor seguridad al sistema de fondos de pensión para las próximas décadas.
Renovado y fortalecido en esta década, el sistema de fondos de pensión da claras señales de estar ingresando a un nuevo ciclo de crecimiento más rápido.
Si los fondos de pensión logran continuar creciendo a una tasa de 10% anual, y todo indica que así será, es extremadamente probable que de aquí a 15 años más estén administrando reservas equivalente a 50% del PIB brasilero. Hoy en día, son US$ 205.312 millones aprox., alrededor de 17% del PIB, y nadie debería sorprenderse que este salto fuera posible, ya que el gobierno ha notado la capacidad de los fondos para multiplicar los resultados y creó condiciones favorables para su fomento, comenzando con la base legal y normativa.
Ahora sólo falta un paso para que se confirmen las mejores expectativas. Es la creación, en el organismo del Estado brasilero, de un órgano de supervisión y fiscalización de tipo Previc, centrado en los fondos de pensión, algo que es reconocido no sólo por las entidades representativas de la Previsión Complementaria, sino por todas las instituciones que son la voz del mercado, como la Anbid, Andima, Apimec, Bovespa y BM&F. El nuevo organismo tendría, sobre la actual Secretaria de Previsión Complementaria, la ventaja, operando con su propio presupuesto, de poder contar con mayores recursos humanos y materiales, además de gozar de mayor independencia. Y todo lo anterior sin aumentar en absoluto el gasto público, sino por el contrario, ya que les correspondería a los propios fondos proporcionar los medios para ello a través del pago de una tasa. EEUU y muchos países europeos, precisamente allí donde los fondos de pensiones han tenido el mayor desarrollo, ya adoptaron esa práctica con los mejores resultados, porque es a los propios fondos a quienes les interesa, en primer lugar, ser fiscalizados por fiscales altamente calificados y que disponen de las mejores condiciones para ejercer su trabajo.
El sistema de fondos de pensión exige la creación de un órgano estatal que atienda las necesidades creadas por su dimensión actual y futura y que respete sus necesidades específicas y evolución. Desde el momento en que la propia SPC, con los pocos recursos de los que dispone, trabaja para implementar un modelo moderno de supervisión basado en riesgos (foco redoblado en los planes que efectivamente requieren de dicha atención), ya no se puede retroceder.
Un ejemplo de retroceso sería la reunión de fondos de pensión y entidades abiertas en un órgano único de supervisión y fiscalización. En estos 30 años ha quedado claro que se trata de sistemas totalmente diferentes. Los primeros, sin fines lucrativos, están fuertemente asociados a la idea de complementación de los beneficios de una Previsión Social estatal y básica, asegurándole al trabajador un ingreso digno, su condición de ciudadano y consumidor, la versión abierta funciona con objetivos claramente negociables, habiendo desarrollado un carácter mucho más financiero.
Reflejando esa realidad, desde el inicio estas dos vertientes de la Previsión Complementaria están situadas en distintos ministerios. Los fondos de pensión están dentro del Ministerio de Previsión, en tanto los planes vendidos por bancos y aseguradoras se acogen al Ministerio de Hacienda. La propia Constitución reconoce esta distancia, al colocar a las entidades cerradas dentro del Orden Social y a las abiertas dentro del Orden Económico.
El proyecto del Ejecutivo que crea dicho órgano estatal exclusivo para los fondos de pensión está a punto de ser enviado al Congreso Nacional. Y dicho envío, por un lado, no puede demorar pues el precio a pagar en términos de oportunidades perdidas sería probablemente alto, y, por otro lado, no sería lógico que tardase pues demorar más significaría negar todo el trayecto que el gobierno de Lula ha recorrido hasta ahora con valentía, y el fortalecimiento de un sistema que le interesa a todos los brasileños ver crecer.
Nota del editor: El Sistema de Pensiones brasileño se trata, fundamentalmente, de un sistema de Seguro Social obligatorio de prestación definida y en régimen de reparto simple que cuenta con Fondos de Pensiones Abiertos y Cerrados.