El Consejo de Ministros italiano aprobó la reforma de las pensiones, por la cual a partir del 2008 un trabajador se podrá jubilar tras haber cotizado 40 años o bien 35 siempre que haya cumplido los 60 años de edad. En el 2010 se accederá a la pensión a los 61 años, con al menos 35 de contribuciones; además, el proyecto de ley establece que se estudiará la evolución del modelo para que, eventualmente, en el 2014, la edad se eleve a 62 años.
 
Actualmente, el acceso a la pensión es a los 57 años, después de 35 años de contribuciones a la Seguridad Social.
 
Cuando la ley comience a regir, se pondrá en marcha también un sistema de incentivos para que los trabajadores no se jubilen aunque legalmente puedan hacerlo, ya que el objetivo es prolongar la vida laboral de los trabajadores italianos. De esta forma, hasta fines del 2007, quien decida mantenerse activo pese a cumplir las condiciones para jubilarse, podrá incrementar su salario hasta en un 32,7%.
 

El Ejecutivo considera que cuando el modelo entre en vigencia habrá un ahorro en el gasto en pensiones de 39.000 millones de euros entre los años 2008 y 2013. En concreto, en el 2008 el ahorro será de 486 millones de euros, cantidad que se incrementará en los ejercicios sucesivos: 4.513 millones en el 2009; 7.230 millones en el 2010; 8.917 millones en el 2011; 9.117 millones en el 2012 y 9.047 millones en el 2013.