BOLETIN FIAP
Boletín FIAP
CHINA

Hoy en día China tiene un sistema de seguridad social altamente fragmentado, limitado sólo a trabajadores de empresas estatales. El alto pago de impuestos y la naturaleza precaria del sistema han llevado al no cumplimiento y evasión de los pagos, y los trabajadores del creciente sector no estatal tienen pocos incentivos para unirse a este sistema.
 
El envejecimiento de la población en China, claramente aumentará el número de trabajadores retirados, que deben ser financiados por cada trabajador activo, durante las próximas décadas. Este problema demográfico, combinado con la incapacidad de las empresas estatales de cubrir las pensiones de los actuales pensionados hacen que la reforma del sistema tenga una gran prioridad.
 
Algunos pasos ya han sido dados. En el 2001, las normas del Consejo de Estado Chino autorizaron un experimento en la provincia de Liaoning, destinado a aumentar el uso de "fondos sociales" y a crear un muro de fuego entre el sistema de reparto y las cuentas individuales. También fue establecido un Fondo Nacional de Seguridad Social.
 
Sin embargo, si el sistema actual no se cambia, el pago de impuestos aumentará en forma constante. Yang Wang, economista del Banco Mundial, y varios otros economistas han calculado que la tasa de impuestos tendría que crecer de 24% hoy a 27% en el 2005, 45% en el 2030 y cercano al 60% en el 2050 para que el sistema de pensiones esté balanceado. Tales aumentos paralizarían el crecimiento económico en China.
 
Otro indicador de la insostenible condición del sistema de pensiones de China es la deuda implícita de las pensiones (DIP), es decir, el valor presente de todos los beneficios futuros prometidos a los actuales pensionados y a quienes aún forman parte de la fuerza de trabajo, en el supuesto de que el sistema de reparto terminara hoy. El Banco Mundial estima que hoy el monto de la DIP corresponde al 50% del producto nacional bruto de China.
 
Para resolver la crisis del sistema de pensiones en China, la prioridad es dar solución a las pérdidas de las empresas estatales y a la débil condición de los cuatro mayores bancos estatales. La reforma a las pensiones no puede ser exitosa sin un cambio radical en la estructura de propiedad en China. La falta de una definición de propiedad sobre los derechos de pensión, los activos de las empresas y el capital de los bancos, significan que el sector financiero chino necesita una reforma radical.