Latvia un buen ejemplo de reforma de pensiones |
Hace una década que el Gobierno de Latvia inició una serie de profundas reformas orientadas a solucionar el déficit de los fondos de pensión. Ahora que la polvareda ya se decantó, ¿se necesitan más reformas?
Cerca de la mitad de la década de los’90, el Gobierno de Latvia enfrentaba grandes problemas con su sistema de pensiones. El país se encontraba en medio de una transición entre una economía centralmente planificada hacia una economía de mercado; la actividad económica había caído drásticamente y el sector informal de la economía crecía.
Uno de los mayores problemas que enfrentaban era una disminución de la cantidad de contribuyentes a los fondos de pensión, junto con un aumento de la evasión. Además de lo anterior, la gran cantidad de personas que recibían beneficios de jubilación – en relación con aquellas que contribuían al sistema – constituía un gran problema a consecuencia de la baja edad de jubilación y del retiro anticipado practicado por diversos tipos de ocupaciones. La creciente brecha entre las contribuciones recibidas y los beneficios pagados obligaron al gobierno a intervenir para cubrir el importante déficit de corto plazo; sin embargo, se requería de un cambio radical.
De hecho, esta situación amenazaba la estabilidad financiera del sistema de pensiones del país y se necesitaba realizar una profunda reforma del sistema para poder asegurar los beneficios de los futuros jubilados y la estabilidad de largo plazo del país.
Con el propósito de cumplir estas metas, las autoridades Latvias propusieron a comienzos del año 1995 una reforma al sistema de pensiones orientada a la generación de 3 Pilares: un sistema no financiado por el estado; un sistema obligatorio financiado mediante contribuciones predefinidas; y, un sistema privado y voluntario de fondos de pensión. El nuevo sistema se inauguró en enero del año 1996 con la implementación del Primer Pilar, que le introdujo cambios adicionales y graduales al antiguo sistema dentro de los años siguientes.
Actualmente, el sistema estatal obligatorio de contribuciones predefinidas – el Primer Pilar del sistema reformado – cubre a todos los trabajadores Latvios desde la edad de 15 años. El método escogido es similar al de un sistema de contribuciones predefinidas que son canalizadas a cuentas individuales nocionales (imaginarias) , si bien conservando el principio de solidaridad intergeneracional, en el que los actuales pensionados reciben su pago en función de las actuales contribuciones. El sistema esta siendo administrado por la Agencia Estatal de Seguridad Social, y su financiamiento se logra mediante una tasa de contribución del 18% anual, la que se pretende reducir hasta un 10% anual hacia el año 2010 una vez que el Segundo Pilar del sistema haya logrado una tasa de contribución al sistema de 10%.
El Segundo Pilar del sistema de pensiones de Latvia entró en vigencia en Julio del año 2001, con el propósito de aumentar la cantidad de pensiones sin tener que aumentar las tasas de contribución. Actualmente, la tasa de contribución a este Segundo Pilar es de 2% pero, según se mencionó anteriormente, se pretende que esta tasa vaya aumentando gradualmente hasta llegar a un nivel de 10% anual hacia el año 2010. De esta manera, un trabajador que participe tanto en el Primer como en el Segundo Pilar, contribuiría un total de 20%, repartido entre los dos pilares.
Este Pilar es obligatorio para aquellos trabajadores que eran menores de 30 años de edad el 30 de Julio del 2001, y es voluntario para aquellos cuya edad fluctuaba entre los 30 y los 49 años de edad a esa misma fecha. Se espera que para el año 2035 este Pilar sea totalmente obligatorio. Este sistema se encuentra totalmente financiado y fue originalmente administrado exclusivamente por el Departamento del Tesoro de Latvia, al que solo se le permitía invertir su recaudación tributaria en valores del Gobierno de Latvia y depósitos a plazo en bancos.
Sin embargo, desde el año 2003, los trabajadores han tenido la opción de elegir proveedores privados para estos servicios, tales como aquellos administradores de activos autorizados para ofrecer un rango más amplio de opciones de inversión y carteras más diversificadas.
La Comisión de Finanzas y Mercados de Capital esta a cargo de la supervisión y control de los proveedores privados, mientras que el Departamento del Tesoro es supervisado y controlado por el Ministerio de Finanzas. Al momento de su jubilación, los participantes tienen 2 opciones; o bien contratan una pensión vitalicia con alguna compañía de seguros en el mercado abierto, o combinan los montos acumulados de ambos Pilares y reciben una pensión basada en la suma de ambos fondos.
El Tercer Pilar – la ley de “Fondos de Pensión Privados” – ha estado operando desde julio del año 1998 con el propósito de proporcionarles un ingreso adicional a los jubilados a cambio de contribuciones voluntarias. Este Pilar es supervisado por la Comisión de Finanzas y Mercados de Capital y solamente permite que los bancos comerciales, las compañías de seguro o de inversión puedan administrar estos activos.
En estos momentos, existen 2 tipos de fondos de pensión privados: los cerrados y los abiertos. Cualquier persona puede incorporarse a un fondo de pensión abierto, sea personalmente o bien a través de su empleador. Sin embargo, los fondos cerrados solo están disponibles para los empleados de aquellas compañías que tienen sus propios fondos de pensión. Las normas que rigen las inversiones de estos fondos de pensión los limitan a invertir en valores estatales, permitiéndoles una inversión máxima del 25% de su capital total en propiedades; una inversión máxima de 15% en países extranjeros; y no más del 25% en aquellas compañías que transan sus acciones en la Bolsa de Comercio de Riga.
Los beneficios de los fondos de pensión privados pueden ser impetrados desde la edad de 55 años en la forma de una suma total, o bien, en la forma de una pensión vitalicia de alguna compañía de seguros. Además de lo anterior, los capitales acumulados en los fondos privados pueden ser transferidos al capital nominal del Primer Pilar, de manera de recibir una pensión basada en la fórmula calculada por el Primer Pilar.
Una década después de haber creado estos nuevos sistemas de pensión, el Sistema de Pensiones de Latvia es considerado un buen ejemplo de reforma al sistema de pensiones. En efecto, siguiendo el ejemplo de reforma a las pensiones de Suecia, Latvia fue el primer país en implementar el cambio hacia sistemas nominales de contribución predefinida(cuentas individuales imaginarias). Los temas relacionados con el envejecimiento de la población y la futura estabilidad del nuevo sistema, están aún siendo debatidos.
Distintos estudios han enfatizado la estabilidad financiera del sistema de pensiones de Latvia bajo diversos escenarios demográficos de largo plazo. El mayor desafío que enfrentan hoy las reformas, sin embargo, es la propuesta de aumentar la tasa de contribución al sistema de contribuciones predefinidas y la consecuente disminución de contribuciones al sistema de capital nominal. Como resultado de lo anterior, se plantean preguntas de si acaso las reservas de capital serán suficientes como para mantener la estabilidad del Primer Pilar sin tener que recurrir a aumentar la edad de jubilación o las tasas de contribución. Aquí reside el desafío más importante que deberán solucionar las autoridades Latvias en la próxima década.