Los autores de este estudio, utilizando datos longitudinales en EE.UU., investigan la evolución de la educación financiera a lo largo del tiempo y arrojan luces sobre el efecto del conocimiento financiero en los resultados financieros.
Algunas de sus conclusiones son:
- Durante un período de observación de seis años, la educación financiera parece ser bastante estable, con una ligera tendencia a disminuir a edades más avanzadas. Esto implica que la educación financiera mejora muy poco con el tiempo, lo que indica la necesidad de reforzar el conocimiento financiero, especialmente entre las personas jóvenes y de mediana edad.
- La educación financiera tiene un poder predictivo significativo para los resultados financieros futuros, especialmente la satisfacción con la propia situación financiera, la capacidad de enfrentar impactos y la planificación para la jubilación. Estos resultados, combinados con la estabilidad observada de la educación financiera a lo largo del tiempo, sugieren que las diferencias en el acervo de conocimientos financieros entre las personas pueden generar disparidades crecientes en el bienestar financiero a lo largo de la vida. Por lo tanto, los niveles dispares de educación financiera pueden contribuir a aumentar la desigualdad entre distintos segmentos de la población.
- Las mujeres que tienen una mayor educación financiera experimentan mejores resultados financieros posteriores que los hombres. Esto indica que niveles más altos de educación financiera para las mujeres pueden ayudar a cerrar la brecha de género. De manera similar, encuentran que las personas de bajos ingresos que tienen niveles más altos de educación financiera están mejor preparadas para enfrentar impactos inesperados y administrar la deuda.
El estudio representa un progreso hacia una mejor comprensión de las relaciones entre el comportamiento financiero de los hogares y la educación financiera. Este conocimiento es crucial para diseñar e implementar intervenciones que puedan mejorar efectivamente la toma de decisiones y el bienestar financiero de los hogares, particularmente entre los grupos más desfavorecidos y vulnerables de la población. Los resultaos sugieren que el conocimiento financiero puede contribuir de manera importante a aumentar las disparidades a lo largo de la vida, lo que destaca la necesidad de encontrar estrategias eficaces para mejorar la educación financiera en las primeras etapas del ciclo de vida.
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