"Pensiones en crisis: Nota de Política Regional Europa y Asia Central" - Banco Mundial - Noviembre 2009 |
Un nuevo informe emitido por el Banco Mundial el 8 de noviembre de 2009 analiza el impacto de la crisis financiera en los sistemas de pensiones de Europa y Asia Central, revisa las respuestas iniciales a la política de cada uno de los gobiernos en particular, y plantea recomendaciones sobre cómo reforzar los sistemas de pensiones de la región tanto en el corto como en el largo plazo. Los expertos del Banco Mundial concluyeron que aunque los sistemas de pensiones de Europa y Asia Central presentan todas las formas y tamaños, ningún sistema de pensiones, por muy bien estructurado que estuviera, demostró ser inmune a la crisis.
La crisis financiera ha afectado en forma importante a los sistemas de pensiones de Europa y Asia Central, tentando a los gobiernos a hacer cambios en la política en respuesta a los mayores déficits que están enfrentando las pensiones. La crisis exacerbó el desequilibrio financiero existente en los sistemas de pensiones públicos, reduciendo abruptamente los ingresos de las contribuciones y dejando los gastos constantes o incluso subiéndolos. La crisis también produjo una brusca caída en los valores de los activos financieros que afecta a las pensiones proporcionadas por los pilares de capitalización. En consecuencia, ningún sistema de pensiones, independientemente de cuán estructurado sea, ha estado inmune a la crisis.
A pesar de la gravedad de la crisis financiera, ella no ha sido importante en comparación con la crisis demográfica que la región enfrentará más adelante. Por lo tanto, se insta a los países a no hacer cambios en la política de largo plazo para abordar inquietudes fiscales de corto plazo. Cualquier respuesta de corto plazo debería ser consistente con las estrategias para enfrentar los desafíos de largo plazo del sistema de pensiones. El foco de largo plazo debería incluir: (i) proteger el poder adquisitivo de los pensionados y la sustentabilidad fiscal del sistema, tanto durante la crisis como posteriormente, estableciendo una indexación de las pensiones según la inflación; (ii) fomentar que los individuos trabajen más y por más tiempo subiendo las edades de jubilación, igualando las edades de jubilación entre hombres y mujeres y frenando la jubilación anticipada; (iii) crear más conciencia en las personas en cuanto a que la capacidad de las pensiones públicas será cada vez más limitada a medida que las poblaciones envejecen.
Por otra parte, aquellos países que complementan sus pensiones públicas con pensiones capitalizadas deberían centrarse en (i) proporcionar un mejor seguro para las pensiones del segundo pilar a través de carteras de ciclos de vida o garantías; (ii) acelerar las reformas a la regulación de manera de aumentar las tasas de retorno, y (iii) construir un mercado para bonos indexados según la inflación que permita que las compañías de seguro ofrezcan rentas vitalicias indexadas a la inflación.
La crisis financiera se ha transformado rápidamente en una crisis económica con implicancias importantes para todos los programas públicos, incluyendo los sistemas de pensiones. La región de Europa y Asia Central ha sido golpeada fuertemente y muy pronto por la crisis, llevando a una reversión temporal del fuerte crecimiento y del mayor empleo experimentado por gran parte de la región en la última década. Durante esta década, la mayoría de los países reformaron sus sistemas previsionales, algunos haciendo cambios paramétricos, y otros emprendiendo reformas sistémicas importantes. El rápido deterioro de la producción, el empleo, los valores de los activos, la balanza fiscal, y el acceso a financiamiento nacional y extranjero ha llevado a una situación que empeora rápidamente para todos los sistemas de pensiones de la región y a reacciones oportunas de la política por parte de las autoridades en respuesta a la crisis. Aunque el impacto de la crisis varía considerablemente de una economía a otra, se pueden extraer algunas lecciones genéricas de la experiencia reconociendo que los análisis y las recomendaciones no se aplicarán plenamente a todas las economías, y que no hay un proyecto base para las reformas en vista de la diversidad de los contextos, las instituciones y los sistemas de pensiones de la región. El análisis deja en claro que independientemente de lo grave del impacto de la crisis financiera, ella resulta leve con respecto a la crisis demográfica venidera y que los países necesitan asegurarse de que cualesquier acción que tomen ahora no imponga mayores cargas financieras cuando estén aún más restringidos de lo que se encuentran hoy.
Para revisar el informe (sólo versión en inglés), por favor descargue el documento adjunto.