Presidente de la FIAP comenta en Foro Global OCDE/IOPS sobre capital humano, inversión en el ciclo de vida y asignación óptima de activos |
El presidente de la FIAP, Guillermo Arthur Errázuriz, participó como comentarista en el Foro Global OCDE/IOPS sobre Pensiones Privadas, el cual se llevó a cabo los días 14 y 15 de octubre de 2009 en Rio de Janeiro, Brasil.
El Foro Global examinó el avance de la reforma y los recientes acontecimientos en la industria de fondos de pensiones en Brasil y en la región Latino Americana en general, enfocándose en los desafíos principales que enfrentan los esquemas previsionales individuales de contribución definida y gestión privada el principal tipo de esquemas previsionales en la región incluyendo la transferencia de riesgos y el diseño de la fase de desembolso. El Foro Global también dio una oportunidad, aprovechando la experiencia internacional, para discutir políticas e iniciativas de regulación innovadoras pensadas para mejorar el diseño de los sistemas de contribución definida y examinó los desafíos y las ventajas de promover e implementar esquemas previsionales híbridos.
La participación del presidente de la FIAP tuvo lugar en el panel titulado "Capital Humano e Inversión en el Ciclo de Vida", comentando él, la exposición de Giovana Nicodano, Profesora de la Universidad de Torino, Italia. Dicho panel formó parte de la sesión dedicada a las estrategias de inversión de los planes previsionales privados, donde se presentaron los resultados del proyecto de investigación conjunto OCDE-Banco Mundial sobre la medición de desempeño de las inversiones de los fondos de pensiones y se discutieron las recomendaciones a las autoridades encargadas de formular políticas.
Guillermo Arthur agradeció el esfuerzo de los investigadores cuyo trabajo puede ayudar a perfeccionar las regulaciones de inversión de los fondos de pensiones. Destacó que en América Latina 3 países (Chile, México y Perú) ofrecen portafolios con distintas combinaciones de instrumentos de renta fija y renta variable a sus afiliados, y que Colombia tomó la decisión de introducir este tipo de regulación a partir del año 2010. También señaló que en Europa Central y del Este ya son 5 países (Estonia, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Hungría) los que han seguido un camino similar. La tendencia en esta dirección es fuerte, y no cabe duda que otros de los países reformistas adoptarán la figura de multifondos en un futuro próximo, indicó Arthur.
El presidente de la FIAP expresó que es importante que los investigadores analicen las formas concretas en que las conclusiones de la teoría de asignación óptima del portafolio durante el ciclo de vida se pueden trasladar al diseño de regulaciones a las inversiones de los fondos de pensiones y, de ser necesario, que propongan formas específicas para perfeccionarlas. El presidente También planteó algunas interrogantes e inquietudes.
En primer lugar, para maximizar la eficiencia del sistema de pensiones, la teoría señala que se deberían crear las condiciones para que cada individuo pueda acceder a su respectivo portafolio óptimo, que, además cambiaría en cada momento del tiempo. Sin embargo, distintas circunstancias del mundo real se oponen a este objetivo: la información limitada; la inercia; el insuficiente desarrollo del mercado de capitales; etc. En consecuencia, las interrogantes que surgen son:
1. ¿Existe un número óptimo de distintos tipos de portafolios que la regulación debiera permitir?; ¿Cómo deberían diferenciarse éstos portafolios? En opinión del presidente, existen distintos perfiles de riesgo, de modo que para hacer un adecuado calce con las preferencias de los trabajadores es necesario que exista un adecuado número de opciones. Si hay muy pocos portafolios debería permitirse la división del saldo de las cotizaciones en distintos tipos de portafolios.
2. ¿Cómo debería diseñarse una opción de default que permita asignar a quienes no elijen al portafolio que mejor se ajuste a su situación personal?; ¿Basta con un criterio de asignación según edad?
En segundo lugar, surge una inquietud con respecto a la forma de medir el desempeño de los fondos de pensiones. Para medir el desempeño se necesita un benchmark, ya sea una referencia de mercado; una referencia construida por el regulador; o una referencia que sea resultado de un proceso de optimización (tal como lo proponen algunos investigadores). Cualquiera sea el caso, una vez definido el benchmark, queda también definido en parte importante el resultado del proceso de inversión de los fondos de inversiones, pues la estructura del benchmark determinará la estructura de los portafolios que se conformen.
Esto sucede, por una parte, porque las regulaciones generalmente imponen sanciones a los administradores que no obtengan retornos similares a los del benchmark y, por otra, porque la propia competencia entre administradores genera una tendencia a estructurar sus portafolios de la forma más parecida posible al benchmark (los costos comerciales de separarse de la manada y equivocarse con esta decisión pueden ser muy altos).
En el extremo, por tanto, existe el riesgo que la definición de un benchmark limite el alcance de la gestión privada de los portafolios, pues el rol del administrador de activos queda desdibujado cuando la decisión más importante -la asignación del portafolio entre distintas clases de activos- queda fuera de su ámbito de responsabilidad.
Al mismo tiempo, la economía política del proceso de definición del benchmark pasa a ser una materia de tanta importancia como el mismo benchmark. Por ejemplo, resultaría muy fácil para una autoridad interesada en movilizar parte importante de los fondos de pensiones hacia el financiamiento de deuda pública, conseguir este objetivo simplemente por la vía de definir un benchmark (un portafolio de referencia) que incluya un porcentaje importante de este tipo de activos.
Estos son resultados que, naturalmente, no nos gustan y que consideramos contrarios al interés de los propios afiliados, acotó Guillermo Arthur. Los riesgos de definir la estructura óptima del portafolio de un plan de pensiones en un laboratorio, o en la oficina de un regulador, son muy altos. Lo óptimo es que la definición del benchmark permita los grados de libertad suficientes como para que los administradores desplieguen su creatividad, traduciendo el conocimiento directo de sus clientes en innovaciones que ayuden a una gestión más eficiente de los portafolios.
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