30 octubre, 2023
El pasado 25 de noviembre de 2019, en representación de FIAP, la Presidente de la Asociación de Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones del Perú, Giovanna Prialé, participó en la Conferencia de Alto Nivel de la Semana Mundial de la Protección Social, organizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, Suiza.
En la oportunidad, Giovanna participó en el panel “55% de la población aún no tiene protección social” (ver video en Youtube de este panel aquí), compartiendo su perspectiva sobre el rol de las organizaciones de empleadores y el diálogo social para contribuir a la seguridad social, en un mundo que enfrenta profundas transformaciones globales. Uno de los temas que se reforzó fue la necesidad de una participación más activa de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), principalmente en el tema de protección social.
La discusión evidenció las brechas para obtener una cobertura de carácter universal y cómo las mismas resultan más críticas en los países de ingresos bajos. A continuación, un resumen de algunos de los principales puntos tratados:
Uno de los grandes temas en discusión fue la propuesta de reemplazar el sistema de contribución para las pensiones por un sistema de financiamiento a través de impuestos. Al respecto, desde la OIE, se parte de la imperiosa necesidad de reconocer el acceso a pensiones como un derecho universal y, por ende, la relevancia de contar con distintas fuentes de financiamiento, que de manera complementaria permitan alcanzar una cobertura universal.
Desde la OIE se planteó la responsabilidad del Estado, empleadores y trabajadores para proveer pensiones, destacando la importancia de focalizar el uso de los impuestos en la población de ingresos bajos (población vulnerable) y de fomentar el ahorro (a través de herramientas de economía del comportamiento) para, a través de las cuentas de capitalización individual, fomentar la construcción de pensiones acorde con la capacidad de generación de ingresos de la población (sea ésta formal o informal). Especial mención se hizo en el caso de los informales, respecto a los cuales se propuso el esquema de contribución equiparada (matching contribution), a fin de crear consciencia de ahorro a largo plazo, sin desatender la enorme responsabilidad que supone construir un esquema de pensiones fiscal y financieramente sostenible.
En la discusión sobre la pensión sostenible se enfatizó que se requiere un esfuerzo mucho más intenso para explicar que el sistema de capitalización individual no supone de manera alguna que una persona de ingresos bajos, con ínfima capacidad de ahorro, será capaz de construir una pensión por sí solo, sin el apoyo del Estado. Debe clarificarse que el sistema de capitalización individual posibilita rentabilizar de manera mucho más eficiente el dinero para el ahorro a largo plazo con el objetivo de alcanzar una jubilación acorde con el esfuerzo del trabajador: edad de inicio de contribución, frecuencia de aportes, ingreso. Pero no debe en ningún caso, suponerse que el Estado renuncie a la obligación que le corresponde como proveedor de pensiones en el caso de la población de baja productividad, pues los ingresos que alcanza dicha población durante su vida laboral no le permitirán alcanzar una pensión, sea bajo un esquema de capitalización o uno de reparto.
En la discusión sobre cómo financiar las brechas de protección social, desde la OIE se puso especial énfasis en la importancia de financiar pensiones sin generar un sobre costo fiscal o desincentivar la capacidad de ahorro de la población de ingresos mayores. Asimismo, se enfatizó la relevancia de no perder de vista la importancia de fomentar el crecimiento económico y la generación de empleo adecuado e incentivos para las micro empresas para cotizar, pues sin estas condiciones necesarias, resulta imposible pensar en mayores o mejores pensiones.
También se planteó la oportunidad que tenemos de pensar en medidas creativas e innovadoras, como el “capital semilla”, herramienta que permite que todo niño nazca con una cuenta de capitalización individual, que, a los 65 años, le permitiría contar con una pensión mínima. Esta herramienta es mucho menos costosa fiscalmente que pagar pensiones no contributivas a partir de la edad de jubilación, pues el dinero en la cuenta de cada individuo se capitaliza a lo largo del tiempo.
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