23 abril, 2025
Esta publicación analiza 34 sistemas de pensiones en 27 países, buscando contribuir a cerrar la brecha de información existente sobre los sistemas de pensiones en América Latina y el Caribe, en el marco del grave riesgo que representa el rápido envejecimiento de la población para su sostenibilidad fiscal y social.
De acuerdo al informe, en la región las pensiones se calculan de manera muy diferente dependiendo del país y sistema pensional. Por ejemplo, mientras que la mayoría de los países cuenta con sistemas de Beneficio Definido (BD), donde la pensión se determina por una regla o promesa de pensión, varios países tienen sistemas de Contribución Definida (CD), en los cuales la pensión depende esencialmente de cuánto haya ahorrado individualmente el trabajador y del rendimiento financiero de esos ahorros. En otros países, la pensión se determina bajo las reglas de un sistema Mixto (BD+CD).
Si se supone que los trabajadores de ingreso medio cotizan a la seguridad social ininterrumpidamente (es decir, son trabajadores formales durante toda su vida laboral), el reporte señala que los trabajadores obtendrían pensiones (tasas de reemplazo) que en promedio equivaldrían al 64,7% y 39,8% de su último salario, en sistemas de BD y de CD respectivamente, con grandes diferencias entre países.
Luego, los sistemas de BD ofrecen pensiones más elevadas. Sin embargo, esto se debe a que, en la mayoría de estos sistemas, el Estado implícitamente subsidia una parte de la pensión del trabajador (alrededor del 44%). Es decir, los aportes del individuo no podrían financiar la totalidad de su pensión si la misma dependiera únicamente de sus contribuciones a la seguridad social y los rendimientos financieros de éstas). Los sistemas de CD también ofrecen subsidios a través de la pensión mínima (el informe calcula que, bajo esta modalidad, el trabajador promedio recibe un subsidio del 31% de su pensión).
Pero ¿qué pasa si el trabajador no es formal toda la vida? Los sistemas de BD establecen un número mínimo de años cotizados necesarios para merecer el beneficio pensional. Si no se alcanzan estos años, en la mayoría de los países el trabajador no recibe pensión ni le devuelven el saldo de sus contribuciones, lo que se puede considerar como un impuesto neto al trabajo. En los sistemas de CD, a pesar de que los trabajadores de cotizaciones esporádicas siempre tienen acceso a sus aportes capitalizados, típicamente no son acreedores de pensiones mínimas ni de ningún tipo de seguro de longevidad.
Lo anterior lleva a uno de los principales mensajes del estudio: la gran mayoría de sistemas de seguridad social en América Latina y el Caribe ofrecen beneficios que subsidian a los trabajadores que contribuyen de manera continua, al tiempo que castigan o desprotegen a los trabajadores con cotizaciones esporádicas. Dado que son los trabajadores de bajos ingresos los que con mayor probabilidad tienen aportes esporádicos, este es uno de los elementos de mayor inequidad de los sistemas pensionales de la región.
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