13 diciembre, 2024
Uno de los riesgos a los que se enfrentan los pensionados es el asociado a sobrevivir más allá de lo que indican las tablas de expectativas de vida. Esto es lo que se denomina riesgo de longevidad individual, el cual es asumido por el individuo bajo la modalidad de Retiro Programado (RP), quien recibe una menor pensión; o por la compañía de seguros de vida, cuando el trabajador se pensiona mediante la modalidad de Renta Vitalicia (RV). Estimaciones para el caso de Chile indican que el 31% de los afiliados del sistema de capitalización individual quedará sin seguro de longevidad una vez que el sistema madure. Esta realidad hace deseable entonces que se busquen mecanismos para establecer un seguro de longevidad que cubra el riesgo de sobrevivir a los ahorros.
Esta Nota analiza la creación de un seguro de longevidad, que básicamente ofrece un pago mensual fijo protegido de la inflación, en caso de que la persona siga viva después de cierta edad (el seguro cesa pagos cuando la persona fallece). Este seguro recauda recursos de las personas que viven un lapso menor que el promedio de personas similares y los destina a cubrir el déficit financiero sufrido por quienes viven un lapso mayor que dicho promedio.
El seguro de longevidad se pagaría a lo largo de la vida activa del trabajador y cubriría las pensiones a partir de cierta edad avanzada (85 años, por ejemplo) mediante la compra de una RV diferida al momento de jubilar.
Entre otros beneficios, el seguro permite aumentar las pensiones bajo cualquiera de las dos modalidades tradicionales de pensiones a la edad legal de retiro (RP y RV). Este aumento se debe a que con el seguro se logra financiar el tramo de mayor longevidad. En Chile se observan aumentos en la pensión inicial de entre un 12,5% en el caso de una RV para hombre, y un 25,6% en el caso de un RP para una mujer.
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