Con la aportación de 6,5%, actual, los que cuentan con una AFORE recibirán en su pensión un promedio de 28,5% de su último sueldo.
Fuente: El Economista.
Una de las principales debilidades que afecta al sistema de pensiones en México es la baja aportación que realizan los trabajadores para financiar su pensión.
En entrevista, Guillermo Arthur, presidente de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), comenta que si los mexicanos aspiran a tener una tasa de reemplazo de 60% de su último sueldo, nunca lo van a lograr con las aportaciones mensuales que hacen de 6,5%.
“La tasa de reemplazo que aspiran los mexicanos no está acorde a las aportaciones que realizan. Los trabajadores deberían aportar hasta 14% de su sueldo para alcanzar una pensión del 70%”.
Refirió que el aumento de la edad de retiro también es uno de los temas que deberían estar trabajando las autoridades, ante el crecimiento poblacional y el aumento en la esperanza de vida de los mexicanos.
“Aumentar la edad de retiro no es una medida muy atractiva políticamente, pero estamos ante un panorama tan radical en que las personas al retirarse a los 65 años todavía van a vivir 20 o 25 años más”.
Para ello, expuso que estas propuestas deben ir acompañadas de políticas públicas que permitan un avance gradual en ambos temas, así como la participación tanto del sector público como del privado.
Pensión universal, un buen paso
El titular de la FIAP consideró que la iniciativa de Pensión Universal es una buena medida para apoyar a las personas más vulnerables a la pobreza y que no pueden ahorrar para su retiro.
Sin embargo, recomendó que no se debe desincentivar a las personas que trabajan en el sector formal y que ahorran para su pensión: “Si ofreces un beneficio parecido a la pensión que reciben los que sí aportan y han cotizado, éstas personas van a concluir que no les conviene aportar y dejarán de ahorrar”.
Arthur mencionó que para estructurar sistemas de pensiones efectivos se deben considerar tres pilares: el no contributivo, el cual está financiado por el Estado y que está focalizado a los sectores más vulnerables, como es el caso de la Pensión Universal.
El segundo pilar es el contributivo, que se dirige a las personas que tienen un empleo regular y son capaces de financiar su pensión (AFORES), y el tercer pilar es el ahorro voluntario, que permite acrecentar la pensión.
“El ahorro voluntario es indispensable para el mejoramiento de la pensión. En México se deben generar más incentivos que no sólo sean fiscales para los trabajadores”.
Por ejemplo, en Chile se fortaleció el segundo pilar dando incentivos a los sectores que mostraban menor densidad de cotización como las mujeres, pues cuando presentaban una baja densidad de cotización por razones maternales, se les da un aporte básico por cada hijo que hayan tenido y se le pone en su cuenta individual.
Otro punto que pudiera considerar México es crear una garantía de pensión mínima como en Chile, ya que ello también fomenta que las persones aporten de manera voluntaria.
La Pensión Universal sólo se dirigirá a aquellas personas que tengan 65 años de edad y que no cuenten con un programa de seguridad social. El monto inicial que se les ofrecerá será de 580 pesos mensuales hasta llegar a 1.092 pesos.
Además, se estima que los mexicanos que cuentan con una Administradora de Fondos para el Retiro (AFORE) sólo recibirán en su pensión un promedio de 28,5% de su último sueldo.
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