4 febrero, 2025
Hay dos países en América Latina que están debatiendo en sus parlamentos sendas reformas de sus sistemas de pensiones: Brasil y Chile.
Ambos son ejemplos de dos modelos bien distintos: mientras en Brasil las pensiones se financian con dinero del Estado (el clásico sistema de reparto), en Chile cada trabajador ahorra individualmente para financiar su propia jubilación (aunque en 2008 se agregaron pensiones mínimas para los sectores más vulnerables).
Siendo uno de los proyectos más emblemáticos del presidente Jair Bolsonaro, la Cámara Baja de Brasil aprobó este mes la propuesta de elevar la edad de jubilación, aunque la entrada en vigor de la medida depende aún de su votación en el Senado.
Las estimaciones apuntan a un ahorro superior a los US$200.000 millones para las arcas públicas en la próxima década.
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