21 marzo, 2025
Por primera vez un titular de las pensiones mencionaba abiertamente en público las consecuencias de la llegada a la jubilación del baby boom —aquella generación nacida entre finales de los años cincuenta y finales de los setenta del siglo XX—, y apuntaba que esto conllevaría un esfuerzo.
Las declaraciones de Escrivá ponen sobre la mesa el debate de cómo afrontar la jubilación del llamado baby boom, la generación más numerosa. En principio solo hay una certeza sobre el sistema de pensiones español: el número de prestaciones va a subir de los 10 millones de la actualidad hasta los 15 millones en 2050. A partir de 2023 se empieza a retirar esta generación, que tiene una mayor esperanza de vida. Y además le sigue otra caracterizada por una natalidad baja: el llamado baby collapse.
En un sistema de reparto como el actual, en el que los cotizantes de hoy pagan las prestaciones de los pensionistas, ese es el elefante en la sala que estos días se ha ignorado hasta las declaraciones de Escrivá.
De cumplirse las proyecciones demográficas, en tres décadas solo habrá 1,8 personas en edad de trabajar por cada mayor de 66 años frente a los 3,4 de la actualidad. ¿Cómo se puede financiar eso? Un informe del Banco de España señala que habría que subir las cotizaciones más de un 35% para poder mantener en 2050 la generosidad de la pensión respecto al salario medio. Y eso con una tasa de ocupación del 80%, que ahora mismo en todo el mundo solo alcanza Suiza. En España está cerca del 60%.
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