30 septiembre, 2024
La indexación de las pensiones al IPC ha obligado a subir las prestaciones un 8,5% este año. Tal incremento ha multiplicado la presión financiera que viven las cuentas del sistema de la Seguridad Social, que cada vez necesita una transferencia más cuantiosa de los presupuestos generales del estado para financiarse. El desequilibrio es más evidente en las provincias más envejecidas, lo que también es una advertencia de lo que le espera al resto del país a medida que los tramos más anchos de la pirámide poblacional se concentren por encima de los 65 años.
En el primer semestre del año, hubo 10 provincias en las que el gasto en pensiones contributivas duplicó los ingresos generados en el territorio. O lo que es lo mismo, en estas provincias sería necesario multiplicar al menos por dos el número de cotizantes para equilibrar los ingresos y gastos. Estos territorios se concentran en el noroeste de España, regiones despobladas y envejecidas en las que, además, se pagan pensiones elevadas a los antiguos trabajadores de la industria y de la minería. De hecho, en muchas ocasiones las pensiones tan generosas que cobran fue la moneda que pagó el Estado para que aceptaran las grandes reestructuraciones del tejido productivo que incluyeron el cierre de fábricas y, especialmente, de minas.
Asturias encabeza la lista, seguida de cerca por León, y ambas a gran distancia de las demás. El motivo es que tienen pensiones muy elevadas de la minería y, además, viven una crisis permanente de empleo desde hace más de dos décadas. Asturias tiene la tercera pensión de jubilación más alta de España, de casi 1.650 euros de media al mes,
solo por detrás de Vizcaya y Álava.
Las transferencias que reciben las dos provincias de la Seguridad Social se han convertido en su principal sustento económico. El gasto en pensiones en Asturias durante los seis primeros meses del año fue un 185% superior a los ingresos generados en la provincia, y en León fue un 180% superior, según los datos de la Tesorería de la Seguridad Social. Esto significa que en ambas provincias el gasto casi triplica los ingresos que generan los trabajadores. De hecho, en Asturias y León los ingresos exclusivos de las cotizaciones sociales ni siquiera permiten pagar el gasto en
pensiones de jubilación (excluyendo al resto: incapacidad permanente, viudedad, orfandad y favor familiar).
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