Esta proposición ha llegado tras conocerse la noticia del dato más bajo de nacimientos en un mes, lo que agrava aún más la situación. Conde-Ruiz propone “adaptar nuestro sistema de pensiones a la nueva realidad demográfica” para poder hacer más sostenible y segura la jubilación. El economista también ha recalcado que las pensiones “no tiene que ser igual para todo el mundo” y deben variar en función del empleo que ha desempeñado la persona. Muchas de estas afirmaciones contrastan con las del actual Ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, que no cree que haga falta una reforma antes del 2050.
Esta es la propuesta
José Ignacio Conde-Ruiz quiere una jubilación diferente a la actual en la que el trabajador pueda ir dejando su empleo gradualmente reduciendo el número de horas semanales gradualmente. “Mi padre pasó de trabajar 40 horas semanales a nada”, dice el economista. Él no cree que esta sea la mejor manera de acabar con tu vida laboral porque cortas tajantemente tu rutina. Por eso concluye que necesitamos un modelo “gradual, flexible y compatible con el trabajo”.
El experto también piensa en un sistema adaptable a las profesiones para que las más físicas tengan mayores ventajas. “Las profesiones penosas o físicas tienen que tener salidas mucho más generosas. Además, también debemos tener en cuenta la salud de cada persona”, afirma Conde-Ruiz. De esta manera las personas que hayan trabajado en la construcción, en seguridad u otras labores que impliquen un alto gasto de energía, recibirán mayores incentivos.
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