La pandemia de COVID-19 profundizó los desafíos de la región en materia de pensiones. Por las pérdidas de ingresos derivadas de las cuarentenas prolongadas, dos países de la región permitieron el retiro anticipado de los fondos de pensiones, y en los restantes, hasta el momento no se han autorizado. Los retiros masivos de fondos han agudizado los problemas ya existentes y acelerado la necesidad de reformas.

“Las reformas de pensiones deben ajustarse a las características de cada país; de su mercado laboral y la tendencia que lleva, con el objetivo de aumentar la cobertura. Asimismo, es importante tomar en cuenta las expectativas de la población, enfocándose en la protección del afiliado, como objetivo central”, expusó la Presidenta Ejecutiva de la Asociación Dominicana de Administradoras de Fondos de Pensiones (ADAFP), Kirsis Jáquez.

En su presentación, Jáquez detalló las tendencias en los procesos de reformas de los sistemas de pensiones en Américla Latina (aprobadas o en vías de discusión). En Perú, por un lado, gradualmente se comenzaron a autorizar, por medio de la legislación, los retiros anticipados de los fondos de pensiones. Actualmente en Chile se debate sobre la cuarta ley que permitirá un nuevo retiro de fondos. En el resto de la región (Colombia, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana y México) también se ha propuesto el retiro anticipado de fondos en distintos porcentajes, sin embargo éste no se ha autorizado.

En palabras de la experta, las medidas aprobadas en Chile y Perú que permiten el retiro anticipado de los fondos suponen una “contrareforma de pensiones”, pues considera que la reducción del ahorro individual como base del pilar contributivo obligatorio es un paso atrás en el perfeccionamiento de los sistemas de pensiones en América Latina, ya que otros perjuicios, reducen el valor de las pensiones.

Desde ADAFP han elaborado un programa de 25 propuestas para mejorar el sistema de pensiones en la República Domicana. Dentro de éstas, están una pensión mínima solidaria no contributiva (en el 60% del salario mínimo), una pensión por discapacidad vitalicia, equilibrar las tasas de reemplazo entre hombres y mujeres, ajustar la edad de retiro a las expectativas de vida e integrar a los trabajadores independientes, además de establecer una cotización gradual para salir de la informalidad e incentivar el ahorro previsional voluntario con incentivos fiscales y enrolamiento automático.

Para Jáquez, la importancia de fortalecer los sistemas de capitalización individual radica en que tienen un alto impacto en el ahorro de los países, permiten focalizar los programas asistenciales (no contributivos) a quienes efectivamente lo requieren y son más sustentables.

Por otro lado, la  Vicepresidenta de Vinculación de la Asociación Méxicana de Administradora de Fondos para el Retiro (AMAFORE), María de las Nieves Lanzagorta, analizó el caso de dicho país, donde desde 1997, por medio de una reforma, pasó a un sistema de cuentas individuales y con una nueva reforma al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) que entró en vigencia en enero de este año.

En dicha reforma, se redujeron las semanas requieridas para tener acceso a una pensión de cesantía en edad avanzada y vejez. También se incrementaron las aportaciones patronales obligatorias (del empleador), se redestribuyó la cuota social para financiar el ahorro de los trabajadores con menos ingresos y hubo aumentos en la pensión mínima garantizada y en las tasas de reemplazo, entre otros ajustes.

La exposición puede ser vista a través de la plataforma del sitio web del seminario (https://seminariofiap.strim.cl/).

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