4 febrero, 2025
Segundo, siempre me dio vergüenza ajena la afirmación, que escuché repetidamente, de que el sistema previsional chileno es una “estafa piramidal”. No es cierto. Una estafa piramidal reparte lo que recauda sin invertir. Se financia si más gente contribuye que la que recibe pagos; y cuando no alcanza, colapsa. Lo que más se parece a una estafa piramidal es, francamente, un sistema de reparto, no uno basado en el ahorro individual.
Tercero, no estoy de acuerdo con la afirmación de que las AFP han tenido un mal desempeño histórico en la administración de los fondos. Eso simplemente no resiste un análisis de aritmética financiera básica. Además, tampoco es cierto que las AFP no pierdan plata si es que pierden sus afiliados. Están obligadas, por ley, a invertir parte de su capital del mismo modo que los afiliados. Sí estoy de acuerdo, en cambio, que se podría ganar algo de eficiencia abaratando las comisiones (algo… no vendamos humo) extendiendo significativamente el mecanismo de licitación de carteras implementado por Bachelet I y abriendo la competencia por administración de carteras a más tipos de intermediarios financieros.
Cuarto, no estoy de acuerdo con la afirmación de que el sistema previsional chileno es simplemente un sistema de cuentas individuales. No lo es. Primero con la Pensión Básica Solidaria de Bachelet I y luego con la Pensión Garantizada Universal de Piñera II, el sistema ha sido transformado en uno mixto que combina ahorro obligatorio individual con pilares solidarios muy significativos. Sí estoy de acuerdo, en cambio, con fortalecer harto ese pilar solidario. El gobierno actual debería, si genuinamente quiere beneficiar a los jubilados más pobres y vulnerables, centrar sus esfuerzos en esto.
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